martes, 25 de diciembre de 2012

25/12/2012 - 22:00

Es Navidad ya, 25 de Diciembre. Estoy en el sofá de casa, con mi madre al lado leyendo unas cosas de acupuntura. El sábado se va a Valencia al curso otra vez y me estoy pensando irme con ella para conducir y también para estudiar el tiempo que ella esté en el curso. Es durante todo el día, así que si me voy será para volver sobre las 9 de la noche. No se lo que haré.
Ayer hablé con mi novio, como vivimos a casi 3000 kilómetros de distancia no nos vemos en Navidad, así que nuestra única forma de comunicarnos es vía teléfono. Ayer hablamos sobre las 3 de la madrugada, cuando acabó toda la cena. Yo estaba durmiendo y mi madre cogió el teléfono y contestó, estuvo un rato hablando con él y luego me lo pasó. Hablamos de cosas tontas, lo de siempre. Preguntas normales sobre cosas normales. Tengo ganas de verle la verdad, aunque aún puedo controlar las ganas. De todas formas, por la noche cuando estoy a punto de dormirme, pienso en él, en nuestra relación y me pongo a llorar. Es tonto porque todo va bien, no hay ningún problema de convivencia y cuando estamos juntos, en fin, todo va bien. Pero cuando le escribo estos días no me contesta, y sí que lee lo que escribo. Así que me enfado, en cierto modo. Porque yo sí contesto a lo que me escribe. No se el ritmo que lleva estos días, aunque seguro que es mucho más movido que el mío. Aún así sufro, por algo tan simple como pensar que yo estoy más pendiente de él que él de mí.
Sin embargo, por lo que le conozco y lo que hemos hablado, él es así. No está pendiente de muchas cosas, y no lo hace aposta, él es así. Es algo que no me gusta mucho de él, pero me sienta bien que sea así, porque así crezco un poco más cada día, porque tengo que aprender que no solo existe esta relación en mi vida ni es mi única meta, sino que existen muchas otras, como ser una buena arquitecto, acabar bien la carrera y trabajar todo lo que pueda en ello, salir con mis amigos, relacionarme más con la gente de la universidad, porque este cuatrimestre he estado bastante más aislada, sobretodo a raíz de lo que pasó con mi antigua compañera de piso, algo que al final no salió bien y fue un palo bastante grande. En parte por mi culpa.

En fin, son cosas que se aprenden poco a poco y a base de palos. A estas alturas del año, una reflexiona sobre todo lo que ha pasado durante él y me doy cuenta de que soy una persona muy distinta ahora, un año después, y de que la gente que está a mi alrededor ha cambiado, me refiero a que son personas distintas, no son las mismas con las que empecé. Son más adultas, tanto en edad como en mentalidad.
Mi prima dice que soy una vieja y aburrida. Es posible que sea así, pero lo que yo veo es que tengo otras prioridades, otras necesidades, otras formas de relacionarme con la gente; prefiero una buena cena o un café con alguien con quien quiero hablar acompañado de un Gin Tonic, un Ron Limón o un buen vino, a salir de fiesta toda la noche. Aunque está claro que de vez en cuando apetece, pero no todos los fines de semana.
Soy así ahora, y estoy bien.
Esta noche he quedado con amigos de aquí, cuando salgan del cine. Han ido a ver Rompe Ralph. A mí no me gusta así que no he ido con ellos. Yo quiero ver "Los Miserables", la película, pero como nadie quería venir conmigo...esperaré a que alguien se decida creo. A las malas, iré yo.
El proyecto de la clínica va avanzando y estar al frente de algunas decisiones me da una perspectiva algo más clara de a lo que me voy a dedicar en el futuro. Es algo pesado a veces, pero ver el trabajo hecho y que va avanzando es muy gratificante. Además, el hecho de que sea de mi abuela y de que en él vayan a trabajar mi madre y mi tío lo hace mucho más especial, se hace con más cariño.
En fin, voy a dejarlo por ahora, puede que vuelva otro día o más tarde, cuando vuelva de mi cita con mis amigos.
Ciao

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